Centrarse sólo en Cristo...
Olvídate de todo y céntrate sólo en Cristo. Que Él y sus cosas sean la aspiración única de todos tus actos, y que nada te distraiga o separe de esta meta. Que ese haber encontrado en Cristo tu centro, no sea sólo un sedante psicológico o un misticismo romántico, sino un llenarse de madurez, de celo, de garra, de ansias de conquistarse cada día en profundidad y de darse con programa y exigencia a los demás.
Olvídate de todo y céntrate sólo en Cristo. Que Él y sus cosas sean la aspiración única de todos tus actos, y que nada te distraiga o separe de esta meta. Que ese haber encontrado en Cristo tu centro, no sea sólo un sedante psicológico o un misticismo romántico, sino un llenarse de madurez, de celo, de garra, de ansias de conquistarse cada día en profundidad y de darse con programa y exigencia a los demás.
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